domingo, 20 de julio de 2014

2015: EL RETO EN LA INTEGRACIÓN DE LOS ORGANISMOS ELECTORALES EN TABASCO


La confianza es un atributo de la democracia. Sin democracia no hay confianza, sin confianza la democracia se reduce. El nuevo horizonte electoral delineado a partir de elecciones altamente competitivas han convertido a la mayoría de los espacios electorales en escenarios de alta competitividad política y volatilidad electoral, de cambios de partido en el poder, es decir de alternancia política.

Consenso y disenso forman parte esencial de la dinámica de la democracia. Mayoría y minorías forman un todo en el que cada parte necesita a la otra. En consecuencia, nadie puede asumir la propiedad privada de la democracia. Francois Guizot escribió en 1849 los límites y alcances de este sistema de gobierno: “Esta es ahora la palabra última y universal que todos buscan para apropiarse de ella como un talismán […] tal es el poder de la palabra democracia. Ningún gobierno o partido se atreve a vivir sin incorporarla en su propia bandera”[1]. Pero ese talismán tiene sus propias formas de funcionamiento porque sólo alcanza a rendir sus efectos positivos si todos los participantes se encuentran reunidos en torno a él. Por deducción lógica, la democracia no progresa allí donde las contradicciones entre los participantes son muy fuertes; a tal grado que no permitan que las instituciones, las normas jurídicas y el espíritu mismo de la democracia cumplan su cometido.

Recordemos que las leyes siempre serán perfectibles. Las formas de organización de los procesos electorales serán siempre más sofisticadas, aunque podrían ser más sencillas. Pero ninguna norma o previsión jurídica será suficiente si no logramos convencer a millones de ciudadanos que conforman el electorado, de participar en la organización electoral, de que les interese la vida pública y, convencerlos de que la democracia, como conjunto de valores, como ética de comportamiento individual y social, es la única forma que nos garantiza la convivencia pacífica y el verdadero desarrollo.

De la guisa anterior, es importante generar en la sociedad, confianza y certidumbre en su participación. Confianza y certidumbre de la sociedad hacia los partidos políticos, los candidatos y los organismos electorales.

Lo propio de la democracia es estar en constante cambio y renovación con miras a mejorar sus instituciones y marco legal. Las transformaciones democráticas deben estar racionalmente orientadas con el propósito de reflejar mejor, en el marco de la democracia representativa, el sentir de una sociedad plural, dinámica y cada vez más exigente respecto de sus gobernantes, de los partidos políticos y de quienes se postulan y ocupan cargos en los órganos legislativos pero también de las autoridades electorales.

Una de las grandes conquistas de estas luchas democráticas fue la creación de instituciones electorales autónomas tanto a nivel nacional como en las entidades federativas. Eso permitió, por ejemplo, la formación del Instituto Federal Electoral (IFE) en 1990. De aquí siguió la construcción de instituciones electorales en los estados como el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana del Tabasco (IEPCT).

De la experiencia exitosa del IFE -en sus 23 años de existencia y 8 procesos electorales federales organizados-, nace el Instituto Nacional Electoral (INE) como el organismo encargado de consolidar la democracia mexicana y en este orden de ideas, es importante precisamente el hecho de que ciudadanos comunes y corrientes, participemos involucrados directamente en los organismos electorales. En ese sentido, es muy importante su verdadera ciudadanización, como pivote de una profunda transición democrática en Tabasco, producto del desencanto y rechazo de los ciudadanos a partidos y actores políticos locales.

Hoy se habla con mucha frecuencia y, ciertamente, con soltura de que hay una crisis de los partidos políticos. Sea verdad o no este aserto me parece que en todo caso la solución de esa crisis está en la recuperación del concepto básico de representatividad, o dicho con más precisión de representatividad de los intereses sociales en lugar de que los partidos políticos representan o defiendan intereses situados en el vértice del poder y que se cierren tan sólo a la adjudicación de puestos y posiciones para un puñado de dirigentes e incondicionales que rondan los círculos cercanos a las dirigencias.

La democratización de la sociedad pasa, entonces, necesariamente, por la democratización de los partidos políticos. Que éstos se abran a la participación de sus bases y que esos partidos se acerquen, de nuevo, a la sociedad civil para captar el sentir de la gente común; voltear la mirada al ciudadano y no esperar los favores de los gobernantes y los poderosos. En ese cambio de perspectiva radica la viabilidad y el futuro de los partidos políticos. Engolosinarse menos con el poder y acercarse más a la verdadera razón de ser de su propia institucionalidad, “los individuos de carne y hueso” como decía Antonio Gramsci.

Los órganos electorales no son ajenos a esta dinámica y se han convertido en espacios de cuotas de poder de los partidos políticos. Si bien, hemos logrado mucho al transparentar, incluso los procesos de selección del personal electoral, a través de los concursos de oposición, la tarea no concluye ahí; se requieren autoridades electorales no sólo ciudadanas sino plenamente  legitimadas.

No se exagera si se afirma que, nos guste o no, el problema medular en la integración de los organismos electorales locales, es adicionalmente al manoseo de los partidos políticos, el perfil y el conocimiento de la responsabilidad que implica ser consejero electoral, que redunda en el papel de los servidores públicos que fungen como árbitros en esta  magna  tarea  de responsabilidad  pública y en Tabasco como dicen, hay mucha tela de dónde cortar.

En la entidad hay gente muy preparada, con vocación y altamente reconocida, con la fuerza moral que es lo que se necesita para dar una buena imagen, renovada  y transparente al próximo Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana en el estado, pero sobre todo, para romper con las herencias del pasado.

Como conclusión constructiva debemos cuestionarnos dónde están los huecos en la gran arquitectura jurídica y organizacional que tanto trabajo costó construir a los tabasqueños en materia electoral. En mi opinión, el destino y la consolidación de los órganos electorales, así como el fortalecimiento del sistema de partidos políticos, están estrechamente relacionados con la consolidación democrática; al final de cuentas la democracia siempre vale la pena.

 

 


Twitter: @pumamemo



[1] Francois Guizot, De la démocratie en France, Leipzig, 1849, p. 2
 

domingo, 6 de julio de 2014

DE SANTA A LA TRATA DE PERSONAS INSTITUCIONALIZADA


La novela Santa escrita en 1903 por Federico Gamboa, es una de las obras de la literatura que más se han adaptado al cine mexicano y ha ejercido una gran influencia en la gran cantidad de melodramas de las mujeres que ejercen el oficio más antiguo del mundo: la prostitución. De esta novela que aborda la historia detrás del mundo del pecado, narrando las causas y efectos fatales de una mujer de la vida galante, relata las ilusiones y desilusiones de la juventud, el amor, la tragedia y el sufrimiento de una cortesana.


La prostitución no es un oficio que pueda escoger todo el mundo y posee elementos dramáticos con múltiples aristas. Si bien, aún pululan por las calles de las ciudades, ejércitos de trabajadores obligados al peligroso oficio más antiguo: el comercio carnal. Actualmente, los tradicionales prostíbulos han evolucionado a clubes de masajistas e incluso, la prostitución ha evolucionado a los medios electrónicos y las redes sociales.


Si realizamos una búsqueda en las redes sociales, podremos percatarnos de cientos  perfiles de escorts o acompañantes VIP -mujeres y hombres-, que aseguran ser “independientes” y que “voluntariamente” han decidido ejercer la prostitución, así como agencias de modelos que brindan servicios de acompañamiento y centros de masaje.


Precisamente, la prostitución en un mundo globalizado ha encontrado en las redes sociales como Facebook, Twitter y Livestream, múltiples ventajas sobre los viejos anuncios clasificados en medios impresos. Por ejemplo, abrir una cuenta en cualquier red social es gratis, así como anunciar su servicio las veces que lo deseen a lo largo del día; su cuenta les da la facultad de agregar links de sus páginas personales, donde normalmente abunda información de sus servicios, fotos explícitas y lo único que se necesita para acceder es un dispositivo móvil.


Si bien, la Secretaría de Gobernación carece de facultades para monitorear, supervisar y mucho menos prohibir esta clase de anuncios en páginas de Internet y redes sociales, que se han convertido en territorio libre de las escorts que pregonan servicios sexuales, es evidente que explotación sexual y trata de blancas se encuentra enquistadas. Por lo que México sigue sin cumplir los estándares mínimos para la eliminación del delito de trata de personas, además, se siguen comprobando casos de complicidad entre autoridades y delincuentes, según detalla el Reporte 2014 de Tráfico de Personas elaborado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.


A pesar de los esfuerzos legislativos en nuestro país, se encuentra limitada la compresión del delito de trata de personas por parte de algunos funcionarios mexicanos, lo que socava la lucha contra este fenómeno delincuencial. Como ejemplo, hasta la fecha no hay un número conocido de investigaciones o de procesos iniciados contra bandas o personas vinculadas a este ilícito. Eso ocurre tanto en el ámbito federal y estatal, lo que pone en duda la capacidad del gobierno para identificar con precisión a las víctimas de trata entre las poblaciones vulnerables, como los trabajadores migrantes y de las personas que ejercen la prostitución, además de que no se cuenta con estadísticas completas disponibles sobre el número de víctimas de trata identificadas durante 2013, por citar un ejemplo.


Es importante tomar medidas de seguridad y de prevención respecto a este grave problema ya que la trata de personas genera ganancias anuales a nivel mundial por cerca de 32 mil millones de dólares y México lamentablemente ocupa la tercera posición en este aspecto, luego de Tailandia y Rusia. Conforme a datos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), por Tabasco atraviesan alrededor de 700 mil migrantes ilegales al año, y de ellos el 25 por ciento son secuestrados para objeto de trata de personas.


La trata de mujeres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes es un delito de género, el cual, representa otro segmento de la economía informal que florece a la sombra del crimen organizado. Alrededor de 3 millones de niños y niñas en el mundo son víctimas de explotación sexual, de los cuales cerca de 16 mil son mexicanos. Además, cada año otro millón de niños pasan a engrosar las cifras de este ilícito comercio, según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia en México (UNICEF). En tanto, el Fondo de Población de las Naciones Unidas calcula que hay 2 millones de niñas de entre cinco y 15 años incorporadas al comercio sexual y 4 millones de mujeres y niñas que cada año son compradas y vendidas para fines de matrimonio, esclavitud o prostitución.


Necesariamente, tenemos que reflexionar que la trata de personas es una de las peores formas de violencia que se ejerce sobre hombres, mujeres, niñas, niños, adolescentes, y que no estamos libres de sufrir las diferentes formas de trata que se vive en el mundo entero, que abarca trabajo forzoso, explotación laboral, venta de órganos de niñas y niños, violencia sexual comercial, pornografía, entre otras modalidades.


Es evidente que la trata es un negocio millonario, donde abrumadoramente las víctimas son mujeres y niñas que son vejadas, maltratadas y excluidas; que tiene relación estrecha no sólo con la explotación laboral sino principalmente con la explotación sexual de mujeres y niñas que son traficadas, vendidas, compradas, cosificadas y donde no tienen ninguna posibilidad real de elección. Situación que arroja, una vez más, y de manera violenta la radiografía de sociedades jerarquizadas en que vivimos, de desvalorización de las mujeres.


Por otra parte y tristemente, la pornografía infantil es el tercer delito que mayores ganancias genera a grupos del crimen organizado, quienes obtienen más de 30 mil millones de dólares al año, apenas por debajo del narcotráfico y el tráfico y la trata de personas.


La trata con fines de explotación sexual es un fenómeno específico de género, no podemos negar que si los hombres no considerasen como un derecho evidente la compra y explotación sexual de mujeres y menores, la prostitución y el tráfico no existirían. En este sistema de dominación masculina donde las personas son convertidas en mercancías, la discriminación, la desigualdad entre hombres y mujeres en el acceso a derechos y oportunidades y estas relaciones jerarquizadas de poder traen consigo violencia contra las mujeres, niñas y niños, adolescentes que, en muchos casos, las sitúa en manos de redes que las trafican, las transportan, las someten, las obligan a prostituirse, explotadas y vejadas violando sus derechos más básicos.


Los tratantes, los traficantes de seres humanos y proxenetas se aprovechan de la subordinación económica y social de mujeres y menores que están en busca de mejores oportunidades de trabajo y de vida. Como dato relevante, de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), las víctimas de las tratas de personas son engañadas, seducidas y enamoradas por sus enganchadores quienes les ofrecen un mejor nivel de vida, oportunidades laborales. Para someterlas recurren a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o abusan de su situación de vulnerabilidad.


Las formas de reclutamiento de las víctimas van desde la presión de los padres, el arreglo entre padres y traficantes, la seducción del matrimonio como promesa de felicidad frente a un violento presente, hasta el secuestro. Así las cosas, este contexto de violencia, impunidad, corrupción y abandono gubernamental de miles de niños, se significa como tierra fértil para llevar a cabo todas las prácticas criminales que caracterizan la prostitución y la pornografía infantil: violencia, reclutamiento, traslado, control y explotación.


En ciudades de Tabasco, se observa un aumento en el número de jovencitas dedicadas al sexo servicio. A través de Internet se ha tendido una red de prostitución y pornografía, incluso al amparo de servidores públicos. Recordemos los escándalos denunciados de redes de funcionarios pederastas, sin embargo, existen muchos otros más que continúan impunes, revestidos como honorables políticos, empresarios y funcionarios.


El hilo conductor que fortalece el infierno vivido por miles de niñas, niños, adolescentes y mujeres explotados sexualmente en nuestro país, pasa por profundos niveles de violencia intrafamiliar; continúa con el abandono del hogar y la indigencia; la drogadicción, muchas veces como refugio y manera de escapar de la ignominiosa realidad; la puntilla es la prostitución y la pornografía que alimentan los bolsillos de criminales a cambio de la miseria de miles de seres humanos.


REFLEXIÓN

La historia de un menor de edad, un joven o una mujer en las garras de la trata deja en claro la oscuridad en la que se encontraba ese ser humano y la lógica criminal, no es razón para hacernos cómplices  de su explotación sexual; en ese sentido somos los ciudadanos quienes estamos obligados a enfrentar este problema, y la mejor manera de hacerlo es no consumir prostitución ni pornografía. Estoy cierto que cualquier otra forma de combate tendrá menores resultados.


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Twitter: @pumamemo