Con el Sexto Informe de Gobierno de Andrés Granier Melo, la transición de poderes en Tabasco ha comenzado y el que nuevos rostros asuman las riendas estatales, genera muchas expectativas ciudadanas.
Sin embargo, no debe suponerse que la alternancia por sí misma llevará nuevas formas de hacer política y, con ella, transparencia gubernamental, mayor eficacia y eficiencia, participación ciudadana, gobiernos honestos y la desaparición de la corrupción y del uso discrecional, faccioso y clientelar de los recursos públicos.
Cabe advertir, es necesario desterrar las inercias y atributos del pasado, para evitar que se defrauden las esperanzas ciudadanas por el cambio.
En este orden de ideas, corresponde a los ciudadanos ampliar la dimensión política de su participación, más allá de la emisión del sufragio. Lo anterior, con el propósito de desterrar los modos autoritarios de gobernar, los abusos de poder, las decisiones arbitrarias, el manejo patrimonial de los recursos públicos y la sistemática corrupción del espacio público.
Esto es de suma importancia, porque la alternancia es una conquista ciudadana y no una transferencia de beneficios de un sector tradicionalmente privilegiado para otra élite gobernante. Con la finalidad de evitar que la democracia sólo sea un cascarón vacío y la alternancia una mera simulación.
La administración que encabece Arturo Núñez Jiménez deberá incluir en su plan de gobierno, reformas legales, particularmente en torno a temas como la modernización y gestión de la administración pública local, sistemas de información y transparencia, las finanzas y el mejoramiento de sus niveles de eficacia y eficiencia.
Además, deberá ser lo suficientemente hábil para contemplar una recomposición del espacio público y una nueva institucionalización de las relaciones políticas en el esquema del régimen gobierno-partido, orientado hacia una nueva definición del significado político y social de la democracia en Tabasco.
Parte fundamental de este proceso será la presencia de mujeres en puestos claves de la administración estatal y no menos importante, una nueva relación de carácter intergubernamental, con los ayuntamientos, el Congreso local y la Federación. De igual modo, una reforma integral en los procesos de descentralización de las participaciones federales y estatales, en el marco de la política fiscal.
El primer gobierno de oposición en Tabasco, deberá tener presente en convertir al estado en actor activo en el proceso de transformación del país y que la dinámica local se engrane con un ritmo propio hacia el desarrollo económico.
Junto con la clase empresarial deberá buscar instrumentar una nueva estrategia de desarrollo para el estado, a través de la vinculación orgánica entre los empresarios locales y el gobierno perredista. Para ello, será importante buscar reemplazar el modelo de desarrollo en Tabasco.
Arturo Núñez tiene ante sí el gran reto de demostrar su habilidad política para resolver los grandes retos fundamentales de la alternancia: la forma en la que el nuevo gobierno enfrenta y resuelve el conflicto político, y sobre todo, la capacidad de crear consensos alrededor de una nueva manera de gobernar.
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Twitter: @pumamemo
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