“El único Estado estable es aquel en
que todos los ciudadanos son iguales ante la ley”, Aristóteles.
Proteger a sus ciudadanos es un
deber del Estado, por ello, el control de la seguridad es
potestad de éste. Así como la función legislativa, administrativa y
jurisdiccional, lo que implica que no se
pude construir la seguridad y la justicia al margen de sus instituciones.
Desgraciadamente muchas poblaciones
del país han caído en manos de la delincuencia y en algunos municipios en
los estados de Guerrero, Jalisco, Oaxaca, Michoacán y el Estado de México, sus habitantes se han
organizado para defenderse de los delincuentes, tomando la justicia por sus
propias manos, haciéndose llamar policías
comunitarias.
El problema es que
tampoco las policías comunitarias
garantizan la seguridad. Estas organizaciones surgen ante la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad y la justicia a sus ciudadanos, pero con el paso del tiempo pueden corromperse,
convirtiéndose en agrupaciones que
actúan al margen de la ley.
Por ejemplo, en Colombia, las fuerzas
de autodefensa surgieron para frenar los abusos de la guerrilla y
terminaron siendo controladas por los carteles de la droga. En otros muchos
casos que se han presentado en nuestro país, en que los ciudadanos se han
organizado para defenderse de extorsiones y secuestros, esos grupos se fueron
armando para mantener un perímetro de defensa alrededor de quienes les pagan,
que son normalmente empresarios o las mismas comunidades. ¿Qué significa esto?
Que las autodefensas que han surgido son paramilitares
por más que justifiquen que actúan ante la falta del Estado.
Esto es muy delicado, al transformarse en grupos paramilitares que dejan a un lado la defensa y adoptan una actitud ofensiva, de limpieza de adversarios. Lo que afecta la gobernabilidad y llega a ser un problema de seguridad nacional.
Efectivamente, son medidas desesperadas de la ciudadanía
ante la incapacidad de los gobiernos de
cumplir con la seguridad. Pero no
hay justificación legal para que un grupo de personas quiera hacer justicia por propia mano y colocarse
por encima de los gobiernos.
De tal forma, no es deseable
que se contaminen otros estados del país y sería sumamente grave que en Tabasco
se pretenda recurrir a esta alternativa de impulsar en el Congreso local una iniciativa para crear las policías comunitarias en los municipios.
La propuesta que se debería
impulsar en Tabasco sobre este tema de seguridad, debe ser orientada mejor a fortalecer la profesionalización, así
como los controles de evaluación y
confianza en las policías estatal y municipales, para combatir la
corrupción.
Si bien, por una pifia en
la reforma al sistema de justicia penal de 2008 se estableció erróneamente en
la ley que todo ciudadano que conozca de un delito debe actuar y denunciarlo.
No obstante, esta figura de grupos de
autodefensa no tiene ningún sustento constitucional.
La Constitución federal es muy clara y en su artículo 17 prohíbe que las personas hagan justicia por
propia mano, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. No es justificable que haya grupo de personas
armadas en las calles haciendo retenes, deteniendo y manteniendo retenidos a
las personas, eso no es admisible en
ninguna democracia constitucional, pues irremediablemente degenerarán en grupos paramilitares
que terminarán por formar parte de la espiral de violencia que pretenden
combatir.
REFLEXIÓN
Una de las bases del Estado de
Derecho es precisamente la confianza en la imparcialidad administrativa y en estos tiempos, el abuso de poder
es la principal fuente de la maldad y corrupción moral, cuando alguna autoridad
o funcionario se excede en sus atribuciones o facultades.
E-mail: guillermoars@gmail.com
Twitter: @pumamemo
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