En tanto no se realice una Reforma del Estado en Tabasco, no se percibirán logros significativos en materia de desarrollo económico y social.
En Tabasco, es necesario redimensionar el quehacer político en beneficio de la ciudadanía, sin distingos de colores políticos e ideologías, anteponiendo únicamente el interés común consistente en el beneficio de todos los tabasqueños.
Es necesario que se transparente el ejercicio del gasto público. Sin ser expertos, los ciudadanos se percatan y comentan que a lo largo de los últimos años, no se observan avances en obra pública, de infraestructura y en una política social.
En ese tenor, se cuestiona en qué se han aplicado o gastado los recursos del presupuesto. Hay quienes apuntan que se han aplicado en el gasto corriente del gobierno estatal y otros más, cuestionan el actuar de anteriores gobiernos y sus funcionarios respecto a la otorgación de las obras de infraestructura en la entidad.
Por ello, el gobierno de Arturo Núñez Jiménez deberá ser muy cuidadoso, en torno a los procedimientos para la otorgación de obra pública, con la finalidad de no generar especulación alguna donde se advierta opacidad. Lo anterior, en función que el papel del Estado actual enfrenta la problemática de credibilidad, falta de modernidad y capacidad de respuesta a las necesidades más fundamentales de la sociedad.
Mucho ayudará a Tabasco generar una nueva cultura política y con ello el cambio de expresiones autoritarias aún existentes en el gobierno, para ajustarse a los valores y principios de la democracia constitucional. Para lograrlo se requiere una amplia reforma de sus instituciones públicas y la construcción de nuevos espacios de participación democrática.
El gran reto es modificar la estructura del poder local para que Tabasco transite a la democracia constitucional, con mayores instrumentos de equilibrio institucional internos en el Congreso y sobre todo, mayor democratización y eficacia del Poder Ejecutivo estatal, para evitar el ejercicio concentrado del poder.
La alternancia no basta por sí misma. Tabasco requiere mayor gobernabilidad democrática y un gobierno que rinda resultados. Para ello, se deberá mejorar la operatividad de las instituciones públicas en el ambiente democrático.
La tarea política de Arturo Núñez será abocarse a la tarea de la reforma de las instituciones públicas estatales. Pero no solamente a la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, también reformas sustanciales para elevar la eficiencia del Congreso, que las universidades públicas no sigan atadas a los intereses del gobernador en turno y la televisión estatal.
No menos importante -en beneficio de la transparencia y la pluralidad-, será integrar mecanismos más eficaces de control del poder y de exigencia de responsabilidad jurídica –administrativa, civil y penal- y política sobre los gobernantes.
En la democratización de Tabasco, está la base de la legitimación y proyecto político a futuro, más allá de 2018 para los partidos de la izquierda.
La Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Tabasco hereda el esquema de un sistema político monopolizador del poder político. Quiero sembrar la reflexión entre ustedes, de la posibilidad de transitar hacia un nuevo esquema constitucional.
Un reto ya presente, es transformar la naturaleza jurídica de la Constitución local y transitar de una Constitución “nominal” a una “normativa”, en la que el pueblo participe en las tomas de decisiones y se garantice el control popular del poder público.
Frente a esto, ¿qué necesitamos? Es importante explorar la posibilidad de reformar la Constitución local e integrar en su texto un catálogo estatal de derechos fundamentales, más allá de la reforma constitucional de derechos humanos de 2011, donde se prevea la instrumentación de procesos jurisdiccionales ordinarios de tutela de derechos fundamentales y un proceso local de amparo de carácter subsidiario y excepcional a los procesos ordinarios.
Para ello, será valioso realizar una amplia convocatoria académica y de actores políticos para actualizar la Constitución de Tabasco, entrándole de fondo e innovando figuras jurídicas, así como establecer mecanismos alineados a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Se sugieren cambios en el Poder Ejecutivo y mayores controles constitucionales para desconcentrar el poder que reside en el gobernador, para impulsar en el ámbito local la tan ansiada transición democrática, que además contemple la integración plural del Poder Legislativo y la autonomía del Poder Judicial. Asimismo, modificar las reglas de acceso al poder y sustancialmente a las instituciones en materia electoral.
Para que no quede diluida la esperanza del cambio, Tabasco requiere experimentar una profunda transformación normativa e institucional. Invito al lector a acercarse al mundo de la política y del Derecho para transformar y mejorar nuestra realidad, para que así la misma sociedad sea quien controle y opine sobre la toma de decisiones de sus autoridades.
Si bien, el próximo gobierno estatal llega de forma democrática por decisión del electorado, deberá mantener su liderazgo político, para evitar cualquier dualidad contradictoria de reproducción de los vicios del pasado.
REFLEXIÓN
Tabasco debe iniciar su propio proceso de reforma política y como en su época Francisco J. Múgica arguyó que la entidad era el laboratorio de la Revolución, corresponde en estos nuevos tiempos erigirse como el "Laboratorio Político de la Reforma del Estado".
E-mail: guillermoars@gmail.com
Twitter: @pumamemo
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