domingo, 24 de agosto de 2014

EL FUTURO QUE QUEREMOS PARA TABASCO


Inicio estás líneas, afirmando que la corrupción nunca será aceptable y menos por quienes recae la carga del servicio a la nación. Hemos confundido el concepto del ejercicio de la política para alcanzar y mantener el mayor tiempo posible el poder, explotando y ramificando la maldad, subyugando todos los niveles de la vida pública, cuando en realidad la política como ciencia, arte y virtud, tiene el propósito de ser una vía para edificar la justicia social y el bien común.


Mientras algunos aseguraban que no habría deshonestos en sus gobiernos, la cultura política existente en Tabasco es la misma que ha imperado en décadas. No se han definido nuevas formas de ejercer el poder y el mensaje a los ciudadanos es que la política sigue siendo la misma de siempre. Hay que precisar que el problema no es local, sino que exhibe las limitaciones advertidas de la clase política en el país.


Los reacomodos en las facciones elitistas en Tabasco, confirman el funcionamiento de las viejas reglas del juego inventadas y operadas por el PRI. Desafortunadamente, los discursos que prometían nuevas formas de acuerdos sociales y políticos, de reorganización política, del mejoramiento de la entidad, de su gente y de las nuevas generaciones, contrasta con la realidad que impera actualmente para la gran mayoría de tabasqueños.


La demagogia ha sido el principal enemigo de la sociedad tabasqueña, porque la prosperidad de los pueblos requiere un largo proceso de construcción y fortalecimiento de un sistema de gobierno democrático, de educación y de trabajo, bajo un Estado de Derecho que proteja justamente a todos los ciudadanos. Esto no se consigue con demagogia ni con buenas intenciones, ni con la vieja usanza del nepotismo y el compadrazgo.


La democracia debe ser real y la justicia, la preocupación real de un político. Vivimos en una sociedad plural, por lo que es inaceptable gobernar exclusivamente a favor de facciones. Justamente, para lograr un cambio o alcanzar la justicia social, no basta la simple aplicación de esquemas ideológicos y menos podrá lograrse con una visión unilateral en las acciones de gobierno y las políticas públicas.


Es necesario gobernar para el bienestar de todos, sin distingo alguno y siempre dispuestos a generar consensos a favor de la ciudadanía.


Pero mientras eso sucede, convoco a la sociedad a dar lo mejor de nosotros, de nuestro trabajo y esfuerzo individual y colectivo, a ser ciudadanos responsables para discernir y no dejarnos seducir por las pasiones, las mentiras y la corrupción.


Desafortunadamente, la corrupción está por todas partes. Es innegable que el dinero rápido y fácil, son dioses que la sociedad idolatra y que genera profundas adicciones como una droga, enquistándose en los pueblos. Nuestra idiosincrasia parece no entenderse sin la transa y el chanchullo. Mientras nos indignamos como ciudadanos por la corrupción de la clase política, vemos con buenos ojos los negocios turbios evasores de la legalidad, para alcanzar beneficios bajo la creencia falsa de ser más astuto gracias al ingenio de la mordida, los arreglos, regalos y componendas para conseguir, rápidamente y sin esfuerzo el éxito económico y el reconocimiento social.


Hoy en día, la corrupción del poderoso alcanza niveles muy críticos, pudriendo estructuras enteras de gobierno. Por ello, la idea de la renovación moral en el ejercicio de la administración pública y la creación de organismos fiscalizadores de los recursos públicos y la transparencia en el ejercicio del poder político y que al final, muchas veces quedan a deber como instituciones democráticas y autónomas, convirtiéndose quienes están al frente de ellas, en comparsas, estando encargados de tapar el mal manejo del dinero público, o los jueces de los tribunales, los Ombudsman, desoyendo a los más débiles o indefensos, y el legislador aprobando leyes que generan mayor pobreza e hipotecan el futuro de las próximas generaciones, e incluso, haciendo fiestas con el dinero de los pobres.


Tampoco hay cabida para el protagonismo mesiánico que paradójicamente en su mundo próspero, acomodaticio y obsceno, sólo vende electoralmente un momento de promesa y de esperanza, a nuestros hermanos y hermanas que sufren la pobreza más lamentable en nuestra sociedad.


Muchas son las historias de un familiar incómodo beneficiado por el nepotismo, del desvío de recursos agenciado por el tráfico de influencias o el fraude millonario por la asignación de contratos sin licitaciones, lo que sólo demuestra el lujo de la impunidad, amparado en el inmoral abuso del poder afianzado en la malversación del dinero público.


Por ello, los ciudadanos debemos hablar con la verdad, denunciar cuántas veces sea necesario la corrupción y la ilegalidad, con voz fuerte, ¡sin miedo! Porque con un corrupto no se puede ser hipócrita o diplomático, pues entonces seríamos cómplices.


Tabasco requiere vivir en el marco de un Estado de Derecho democrático, bajo un modelo de gobernanza eficiente, con instituciones públicas con un marco legal sólido y transparente, con parámetros para evaluar el desempeño de los funcionarios que actualmente prácticamente no existe y quienes en muchos casos, no cubren el perfil profesional para ocupar el cargo.


El burocratismo y la ineficacia en las dependencias es exasperante, hay ausencia de proyectos y el desempeño de muchas secretarías ha sido inferior para atender las necesidades y problemáticas de su sector, debido muchas veces a la evidente inexperiencia de algunos funcionarios en el primer nivel del gobierno, a las dificultades en la operación y la negociación política, al desconocimiento en algunas oficinas para entender las complejas problemáticas de la sociedad y muy particularmente, a la soberbia e inmadurez política de algunos funcionarios.


Precisamente, la garantía de efectividad de la Administración Pública, va ligada a la fortaleza de las instituciones y una actuación siempre acotada por un marco legal transparente, sujeto al escrutinio público. A Tabasco le urge una justicia independiente y capaz de desempeñar su papel, una sólida cultura de la legalidad y primacía de las leyes.


REFLEXIÓN


Mientras tanto, hagamos un solo frente en beneficio de Tabasco, dejando de lado conflictos estériles, sumemos esfuerzos y de manera conjunta trabajemos con el ánimo de hacer mejor las cosas.


Convoco a todos los actores de la sociedad, a las cámaras y colegios, estudiantes, profesionistas, centros educativos a trabajar con entusiasmo por Tabasco y tener siempre jóvenes mejor preparados. Pido también a los empresarios realizar su mayor esfuerzo para sacar adelante la economía de nuestra entidad y que se generen las condiciones para que el empleo llegue y la calidad de vida de los ciudadanos sea mejor.


Con esa misma visión para afrontar retos y generando las oportunidades que nuestra gente demanda y necesita, recordémosle a esta clase política, que nada es de ellos, que nada les pertenece y son sólo meros administradores de los bienes que han llegado a sus manos, por el mandato de la sociedad. Concordia, diálogo y el entendimiento entre todos.

 

 

E-mail: guillermoars@gmail.com

Twitter: @pumamemo


 

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