Es sumamente importante que la ciudadanía y especialmente los jóvenes se familiaricen con las normas y leyes vigentes en México. Por ello, resulta sumamente importante la instrumentación de programas encargados de la difusión de la cultura de la legalidad y los valores cívicos.
Esto con la finalidad de afianzar entre los ciudadanos el respeto a la ley, como un valor que se debe fomentar en la conciencia de los individuos para garantizar una sana convivencia social. Porque es necesario que los ciudadanos, llevemos a cabo el estricto cumplimiento de las obligaciones que la ley nos impone y, por otra parte, que el ejercicio de nuestros derechos se realice en apego a las disposiciones legales.
En este contexto, la cultura de la legalidad también impone a los gobernados el deber de exigir a las autoridades el cumplimiento puntual de la ley, ya que el Estado de Derecho de un país se sustenta, antes que nada, en el arraigo que tenga la cultura de la legalidad en la sociedad.
Por esta razón, es importante impulsar programas de formación ciudadana en valores como la ética, civismo y la cultura de la legalidad, especialmente entre los jóvenes. Ya que esta última, debe ser un componente clave de la estrategia de formación ciudadana en el país, que debe consolidarse desde la educación básica.
Este tipo de programas deben establecer un encuadre general sobre el debate actual en el contexto de las sociedades democráticas y no únicamente esbozar un diálogo conceptual de derechos y obligaciones, sino una actividad teórico-práctica que permita impulsar el desarrollo de los valores ciudadanos en la escuela y en la familia.
La formación ética con orientación ciudadana es un aspecto clave en el desarrollo y sostenimiento de las democracias, y en ella, se pone en juego la autonomía y capacidades de los sujetos para ejercer su libertad y responsabilidad en términos sociales y políticos, conforme a la ley.
Por tal razón, deben impulsarse estas acciones entre niños y jóvenes, para que desarrollen los valores y las actitudes necesarias a edad temprana, para ejercer una ciudadanía competente y comprometida, que participe en el trabajo productivo en la sociedad.
Las acciones de los programas de cultura de la legalidad deben impartirse con una visión integral, con charlas con padres de familia, niños y jóvenes para incidir en el ambiente de la escuela y el núcleo familiar. De tal forma, estos programas deben contemplar los ámbitos de la cultura escolar y la vida cotidiana de los alumnos en las escuelas y en sus comunidades. Debiendo tomar en cuenta el núcleo formativo al seno de la familia, orientado al apego a la legalidad y sentido de justicia, así como el respeto y valoración de la diversidad.
De igual modo, orientado al manejo y resolución de conflictos, lo que incide a favor del diálogo y la comprensión crítica en la formación de los individuos. Además, pugnar por una educación para la paz y los derechos humanos, así como la perspectiva de género.
Por lo expuesto anteriormente, resulta vital fomentar en los individuos el respeto a la ley, creando un núcleo formativo de apego a la legalidad y sentido de justicia, la tolerancia y el aprecio por los valores democráticos.
REFLEXIÓN
Importantísima tarea diaria de cultivar el profesionalismo, el aprendizaje y la honestidad. Hagamos de nuestro esfuerzo diario un propósito común, el edificar solidariamente un México moderno y justo.
Por ello, nunca olvidemos que los triunfos sólo pueden ennoblecer a quien los obtiene si son moralmente válidos, pues la historia nos va a juzgar por lo que dejemos de hacer; al final de cuentas nosotros escribimos nuestra propia historia en el papel blanco del destino.
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