miércoles, 9 de enero de 2013

¿CUÁL ES EL PAPEL Y LA TRASCENDENCIA SOCIAL DEL ABOGADO?

Inicio estas líneas con un cuestionamiento, ¿cuál es la ética del abogado? Indiscutiblemente, los profesionales del Derecho tienen un compromiso con la sociedad, con el estudio y con la justicia. De lo anterior, los abogados mexicanos tenemos un compromiso con la ciencia jurídica y con el proceso de transformación del Derecho en México.
 
La ética en el profesional del Derecho es de suma importancia. En razón que el Abogado debe mostrar ante la sociedad una conducta íntegra y ceñida a los parámetros de lo moral, de la equidad y el desprendimiento de sus propios intereses. 
 
Debe poner sus conocimientos al servicio de las causas justas. Por ello, la justicia, la honestidad y la lealtad son valores de un buen Abogado. 
 
En este orden de ideas, no hay términos medios. Se es o no se es ético y quien sí lo es, vive conforme a lograr una vida buena, con la razón y equilibrio; con una vida de servicio a los demás.
 
El abogado debe captar de manera clara la Ética, en la vertiente que va de la mano con justicia, con el sentido del Derecho. 
 
La Ética, está vinculada a la eficiencia y al bien común. En este sentido, la ineficiencia es una forma de corrupción en que se distorsiona la base del Derecho que es el bien común. Por tanto, no se cumple así con las vertientes en la convicción y en la responsabilidad.
 
El abogado debe tener presente que es un servidor del Derecho y un coadyuvante de la justicia; su esencia profesional es defender diligentemente y con apego moral los derechos de sus clientes. 
 
El Derecho implica dar a cada quien lo suyo y lo que le corresponde, además que la justicia sea el centro de la acción de cualquier gobierno y ente público. De tal forma, la seguridad jurídica es la única manera para que los hombres en sociedad tengan la posibilidad de vivir en paz.
 
Hablando de la grandeza del abogado, está en su dignidad profesional, lo que significa que debe servir a la ciencia jurídica para alcanzar la justicia. Hay que hacer valer las disposiciones legales para hacer cumplir el honor profesional del abogado, con razón, con prudencia y con honestidad. Sin embargo, pocos son los miembros de la comunidad jurídica, que se ajustan a la ley para vivir plenamente en un Estado de Derecho. 
 
En suma, la Ética no hay sólo que aprenderla sino vivirla y no debe ser únicamente una norma sino una práctica cotidiana.



Twitter: @pumamemo

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