El punto
es, ¿podemos esperar de nuestros representantes populares? ¿Cómo hacer que los partidos mejoren su desempeño en la
forma de hacer gobierno?
La
reforma del Estado mexicano, no debe ser un tema nada más, por lo que debe formalizarse jurídicamente
una variedad de temas y modificaciones que justifique ante la sociedad para qué
sirve el Estado.
Y qué
decir del elevado costo de nuestra democracia, que es un problema serio, por lo
que necesitamos elecciones más baratas.
El
cálculo es inmediato, la ciudadanía
no puede continuar padeciendo el dilema de ser prisionero de la interacción entre
actores políticos bajo sistemas anárquicos de representación popular que como
el Leviatán, impone castigos y distribuye premios.
La razón
es simple, hay que repensar los liderazgos, la forma de obtener poder a partir
del poder del otro y recomponer la idea del Estado como un actor dedicado a
elevar el valor de tiempo en sus ciudadanos y éstos, sean conscientes en que la
utilidad de sus acciones agregará valor y mayor utilidad a sus acciones
futuras.
Los
huecos libres son reducidos y los discursos itinerantes, por ello no podemos
caer en la complacencia: México y Tabasco deben caminar en contrasentido de la pereza y
las distancias cortas.
Email: guillermoars@gmail.com
Twitter: @pumamemo
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