El neoliberalismo hizo de un partido un adminículo de una moda, que sin quererlo el PRI, luego del desprestigio histórico que lo expulsara de Los Pinos, regresa oportunamente con mayor fuerza ante el sentimiento de orfandad de una sociedad mexicana, que aún no ha comprendido que la democracia es algo demasiado importante para dejarla solamente en mano de los políticos.
Amigas y amigos, no nos sorprenda las municiones retóricas del priísmo, del panismo, del perredismo, que consisten en el ataque a las oposiciones y en la negación de su pasado.
En esta lógica, ¿cómo sobrevivir a la trayectoria de las represiones, los saqueos y catástrofes de la más pura incompetencia del priísmo? ¿Cómo sustentar lo que ha perdurado en función de la desmemoria nacional?
En el año 2000, el PAN perdía su eje de coherencia y la complicidad persistía, dibujando el mismo retrato del poder, multiplicando los fracasos y trazando su obituario en el 2012.
El PRD esquivó su pasado mientras alcanzaba el poder, y el voto era el instrumento reivindicativo y de rectificación. Sin embargo, al llegar al poder todo acaba en autoengaño.
El presidencialismo mutó en un sistema de alianzas de partido y de corte autocrático, con la capacidad de endeudar, de privatizar y plantear a la nación, soluciones siempre propuestas en medio del sometimiento al orden financiero internacional. Este nuevo juego democrático da como resultado el arrasamiento sistemático de las alternativas y de cualquier posible instrumento de contención a las decisiones del Ejecutivo.
Hemos estado formados en una cultura política cuyo vértice nos impide el entendimiento, actuar conforme a principios y la cohesión social. Precisamente, hace unos días fuimos testigos que la cargada cambiaba de signo ideológico y esto me hace reflexionar que es el momento de la sociedad civil.
Después de este largo periodo de terapia homeopática en el que nos han ido metiendo gota a gota el convencimiento de que no hay alternativa para la nación que la privatización de sectores estratégicos, ya apenas nos quedan fuerzas para imaginar o hacer algo distinto.
Estimado lector, si se fija, el debate iba dirigido sobre todo a acentuar la necesidad de cortar aquí en vez de allá, en esto o lo otro, pero la resignación nunca se impone a quienes maman las mieles del poder y sus beneficios a través del erario público.
Efectivamente, si no remamos todos en la misma dirección no vamos a ninguna parte. Pero ha sido evidente, que los partidos políticos, sean cuales fuesen las circunstancias, no acabarán reflejando nunca el pluralismo de una sociedad como la nuestra, y la crítica política siempre es imprescindible.
México necesita dar un gran salto social a partir de una gran alianza ciudadana, que reúna a un importante grupo de profesionales y académicos, que sea plural en lo ideológico y que trabaje unido por detectar cuáles son nuestros problemas y sus posibles soluciones. Hoy faltan ideas y una mayor capacidad para saber innovar a partir de nuestras fortalezas y evitar que nuestras deficiencias se conviertan en un lastre. En una situación de crisis, una sociedad dinámica y responsable no espera a que otros la dirijan, actúa por sí misma, se auto organiza y se moviliza para buscar cooperativamente el camino que nos saque del atolladero; enmienda sus errores y se traza nuevos objetivos.
Con un Estado en retirada se debilitan las posibilidades de seguir apelando a su tradicional capacidad para ejercer su labor protectora. Pero eso no significa que haya llegado el momento tan ansiado por los neoliberales de subvertir el sentido de lo público y relegarlo a una dimensión marginal dentro de la vida social. Todo lo contrario, hoy más que nunca es necesario redefinir qué es lo imprescindible y qué lo superfluo en la acción estatal, qué nos podemos permitir bajo las actuales circunstancias y qué debe ser repensado. Siempre con la vista puesta en lo que tiene que ser preservado como bien público, y no como una ocasión para quienes buscan una oportunidad de negocio allí donde ahora ya no puede llegar la acción estatal.
REFLEXIÓN
Bien mirado, estamos ante una ocasión única desde la alternancia política en el año 2000, para que la ciudadanía vuelva a ser protagonista de su destino o bien, mexicano arrástrate más.
E-mail: guillermoars@gmail.com
Twitter: @pumamemo
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